La UNESCO, en 1982, declaró:
... que la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que trascienden.
(UNESCO, 1982, Declaración de México)
El uso de la palabra cultura a variado a lo largo de los siglos. En el Latín hablado en Roma significaba "cultivo de la tierra", y luego, por extensión metafórica, "cultivo de las especies Humanas". Desde el Romanticismo s. XVIII se usa para referirse a lo "espiritual", es decir, el "cultivo" de las facultades intelectuales. Por esto es que se suele llamar culto a quien posee grandes conocimientos en las más variadas áreas del saber y por el contrario se dice peyorativamente "inculto" a quien no se maneja en variados temas.
Es e el siglo XVIII donde aparece en el Dictionare de L´Academie Française de 1718 como definición de cultura: "cultivo del espíritu".
Para grandes pensadores como Jean Jacques Rousseau, la cultura es un fenómeno que nos diferencia a los seres humanos de los animales.
Hoy en día podemos entender el término cultura, como el orden de vida en que los seres humanos conferimos significados a través de la representación simbólica. Esto nos permite hacer diferencias útiles. En el plano general, hablando de lo económico, se refiere a los usos mediante los cuales se producen, intercambian y se consumen los bienes materiales. En lo político vemos como se concentra el poder, como se distribuye y despliega en las sociedades.
Al pensar en cultura se debe comprender que estos elementos son dimensiones de la vida social, no se pueden pensar separados, no se deja de "hacer economía para hacer cultura". Cada área de a vida social representa a las diferentes áreas de estudio de las ciencias sociales, ya sea sociología, antropología, etnografía e incluso leyes , están estrechamente relacionado al estudio de la cultura.
Aun así hoy en día están los que piensan en cultura como lo que se refiere a las prácticas y productos del arte, la literatura, la música, el cine, etc. Todas éstas son formas importantes en que se generan significados específicos, pero no serán las que definan exclusivamente la dimensión cultural. Esta separación de los campos tiene un aspecto ideológico. Las practicaqs culturales ocurren en el contexto de las relaciones sociales de poder, de clase, raza, sexo etc, y son, en este sentido amplio, "políticas". Por ejemplo hay formas culturales de elite y populares que en cierto sentido expresan estas relaciones de poder y que contribuyen a su reproducción o crean contextos para su contestación. Igualmente, la mayor parte de la representación simbólica en las sociedades modernas se realiza en el contexto económico del mercado.
Es interesante desenredar de las prácticas complejamente entrelazadas de lo cultural, lo económico y lo político el sentido del propósito de lo cultural: llenar la vida de más significado. Pensando que todo lo que es simbolizable es, en amplio sentido, significativo.
Según Raimond Williams "la cultura es ordinaria"(Williams, 1989; Mc Guigan,1992) Williams citó esta frase en oposición al sentido elitista de cultura como una forma "especial" de vida rarificada y accesible sólo a algunos, mediante el cultivo de ciertas sensibilidades. La cultura es ordinaria , entonces, en el sentido antropológico democrático que describe "todo un modo de vida":no es la propiedad exclusiva del privilegiado, sino que incluye todas las formas de las costumbres cotidianas. La cultura es ordinaria , en cada sociedad y en cada individuo" (Williams, 1989,4)
La idea es que tanto el Tao-te-Ching, el Guernica de Picasso, los últimos cuartetos de Beethoven, no son ni más, ni menos "textos culturales" que un CD de U2, la cobertura de medios del triunfo de Obama o un anuncio de Armani. Todos alcanzan una magnitud tal que nos valemos de ellos para darle un sentido a nuestra existencia. Para mi propósito, cultura se refiere a todas estas prácticas comunes que enriquecen directamente el anecdotario de vida: las historias por las que interpretamos cronológicamente nuestra existencia en lo que Heidegger llama la proyección de la situación humana.
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