La etimología del termino cosmopolita proviene del griego Cosmos, “mundo”, y polis,”ciudad”. Por tanto, un ser cosmopolita es una ciudadano del mundo.
Esta idea de ciudadanía implícita tiene implicaciones políticas concretas en el contexto de globalización.
El Oxford Encyclopedic English Dictionary añade a su definición el sentido de estar “libre de limitaciones y prejuicios nacionales”.
Lo cual se acerca al sentido que le quiero dar al cosmopolitismo ya que para mi, mas que un ciudadano del mundo, significa tener una disposición cultural que no se limite a los intereses de la localidad inmediata, sino que reconozca su pertenencia, participación y responsabilidad global y que sea capaz de integrar estos intereses a actos cotidianos. Esta disposición es una condición previa para lograr un estilo de vida participativo adecuado para la gobernación global .La mía es una propuesta casi política desde el momento en que se requiere participación y compromiso con una causa, el cosmopolita es un ser con valores. El antropólogo Ulf Hannerz a tratado en profundidad e tema del cosmopolitismo versus el localismo y del cosmopolitismo y a este lo define como “un punto de vista, un estado del espíritu, un modo de manejar los significados” (Hannerz, 1990, 238). El mismo Hannerz argumenta que nos relacionamos con los procesos de globalización de dos formas: “hay cosmopolitas y hay localistas” (1990, 237).
Los “localistas” son aquellos cuyo panorama cultural siempre esta debajo del horizonte de su localidad en particular. En cambio, los “cosmopolitas” son “libres”, “en transito por el mundo”, “quieren sumergirse en otras culturas”.(1990,240-241). De ahí que el cosmopolitismo como una perspectiva cultural es para Hannerz , “ante todo… una buena voluntad para interesarse en el otro. Es una postura intelectual y estética de apertura a experiencias culturales divergentes, la búsqueda de los contrastes mas bien que de la uniformidad” (p.239).
Es muy probable que se pueda mal interpretar quien es el ser cosmopolita por eso, seria conveniente explicarlo, es necesario diferenciarlo del : turista, exiliado, empleado de transnacionales, emigrados laborales, la diferencia con ellos radica simplemente en la base si tienen o no la disposición cultural fundamental. Lamentablemente la mayor parte de los nombrados anteriormente no la tienen. Los turistas, en general, no están interesados en empaparse de los aspectos culturales. Los que emigran por cuestiones de trabajo no se convierten por esto en cosmopolitas, generalmente para este grupo puede ser un costo mas que un beneficio el mezclarse con otra gente.
Los exiliados por lo general buscan un hogar que les provea seguridad ante todo, y los empleados de transnacionales suelen agruparse con los de sus culturas nativas por ende son metropolitanos locales que no llegan a convertirse en cosmopolitas, por el simple hecho de la disposición cultural.
Hay que tener en cuenta que el mero aumento en la movilidad que genera el proceso de globalización no basta para engendrar una disposición cosmopolita. Esta aun aparece como un ideal, como la perspectiva cultural apropiada para el agente moral competente.
Los cosmopolitas deben ser libres de las limitaciones y de los prejuicios de su cultura y abiertos a la diversidad de las culturas globales para estar dispuestos a comprender el punto de vista de los otros, el ideal es que también tengan un sentimiento de profundo compromiso cultural, el entender el mundo como un todo, sobre todo en lo que tiene que ver con las amenazas ambientales, entender que ser culturalmente libres no es un ventaja, puede apuntar a una “posible” disposición ética de responsabilidad global, digo posible ya que existe la posibilidad de no comprometerse, es de libre albedrío.
Analizare las connotaciones negativas que tiene el concepto, para reconocer lo bueno, lo malo, y tener en cuenta cual es mi propuesta.
La primera connotación negativa tiene que ver con la etimología de la palabra, en sentido que se entiende cosmopolita como homme du monde, el primer problema es que se hable de hombre y no de mujer de mundo, de hecho existe un proverbio español que grafica este problema, “el hombre en la casa, la mujer en la casa con la pata quebrada. Quizás se estructura en masculino por un hecho histórico, desde tiempos remotos eran los hombres los que salían de excursión, a recorrer nuevos mundos, puede ser un factor, pero este contexto patriarcal segrega a la mujer.
La segunda connotación negativa tiene que ver con una figura occidental implícita, inmediatamente forma una imagen de hombre blanco del primer mundo, ya que son los hombres de occidente los que se convierten en trotamundos por elección. Esto también tiene que ver con la idea de que los localistas por excelencias son hombres del tercer mundo.
Una tercera connotación tiene que ver con el problema de la denigración o la subordinación de la experiencia y las costumbres culturales localizadas .Se subentiende en la connotación de cosmopolita un grado de privilegios sociales-en el sentido de una elite cultural con los medios para remontarse sobre los intereses mezquinos, triviales y despreciables de la cotidianidad. De aquí viene el contraste entre el cosmopolita y el provinciano.
Entendiendo estas tres desafortunadas connotaciones de cosmopolitismo quisiera quedarme con la idea del ser cosmopolita como un ser (hombre o mujer) que con humildad pretende conocer el mundo y comprometerse con sus causas justas, que no tiene que excluir la perspectiva local al contrario encantarse de ella y difundir las buenas ideas que esta pueda aportar.
jueves, 27 de noviembre de 2008
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